La lengua de signos en la educación

Si hablamos de términos de inclusión en las aulas, sin lugar a dudas tenemos que poner sobre la mesa el lenguaje de signos. Ante todo, cabe destacar que en España, hay unos 9.500 alumnos con discapacidad auditiva, el 95% escolarizado en centros ordinarios y el otro 5 % en educación especial.

Las necesidad de implantar la lengua de signos

Ciertamente, los jóvenes sordos no tienen avalada la posibilidad de adquirir la lengua de signos desde Infantil, esto les lleva a una dependencia de por vida y a la precariedad laboral en su etapa de adultos. Precisamente, esto es lo denuncian las madres y padres de los más de nueve mil alumnos sordos que hay en España y de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE), que han trasladado al Ministerio de Educación una petición: que se avale una educación integral bilingüe a estos pequeños, es decir, en lengua de signos y oral para que tengan igualdad de oportunidades.

“La educación en lengua de signos para los alumnos sordos es un deber y no un privilegio”, explica a Efe la presidenta de la CNSE, Concha Díaz. Y esa educación “debe darse en entornos donde haya también otros niños sordos, que no sean la excepción en el aula”, añade. Además, en España, son solo una minoría los alumnos sordos en colegios o institutos comunes que pueden seguir sus clases en lengua de signos con el apoyo de un intérprete y también de manera oral, como el resto del alumnado. Pero ¿qué pasa con la gran mayoría?

Ausencia de intérpretes en los centros

En Secundaria y en la universidad, aumentan las denuncias de estudiantes sordos “por la insuficiencia o ausencia de intérpretes en los centros “, explica la responsable de CNSE, quien, además, recuerda el elevado número de alumnos sordos que no superan los estudios superiores o, directamente, los abandonan. “El resultado son personas con una formación académica inestable y que mayoritariamente no pueden ejercer su vida ordinaria con autonomía, puesto dependen de las ayudas económicas “, lamenta.