La complejidad de enseñar en tiempos de pandemia

Si ya era complejo estar a pie de aula antes del Covid-19, ahora el contexto eleva las particularidades de la profesión a unos horizontes inexplorados. Esto podría ser algo parecido al grado de dificultad que puedes escoger en ciertos videojuegos, “principiante”, “moderado”, “difícil” y “muy difícil”. Lo único es que los docentes no han podido elegir el modo de propia voluntad, la realidad y la pandemia han impuesto sus normas del juego.

¿Qué ha supuesto para los docentes pasar de un día a otro de una enseñanza presencial a otra online?

Si nos paramos a contestar este interrogante, podemos sacar varias conclusiones. Nuestras aulas, desde hace años, iban supliéndose de tecnología. Lo tradicional dejaba paso a lo multimedia para mejorar el grado de interacción de los alumnos con los materiales didácticos. Pero la enseñanza 2.0 consistía, sobre todo, en un cambio de medios, no de métodos, ya que la educación presencial primaba ante todo lo demás. De repente los docentes tuvieron que pasar de la mesa y la silla escolar al salón de su casa. Así, de golpe y sin previo aviso. Cabe, por supuesto, destacar los esfuerzos y la dedicación de nuestros profesores quienes, en muchos casos, cumplieron sus funciones educativas más, también, la de psicólogos y amigos. 

¿Cómo está afectando la semipresencialidad en las clases?

Hace muchos meses que nuestros alumnos han vuelto a las aulas. Pero la semipresencialidad está dejando mella. ¿Qué se hace con un adolescente que está en plena etapa de socializar?, ¿cómo aseguras una educación